lunes, 6 de agosto de 2012

Pinky promise.

"Estaré ahí para lo que necesites, siempre."
¿Dónde queda eso? ¿Dónde queda esa promesa? Te necesitaba, estaba triste como hacía tiempo que no lo estaba, ella se acababa de marchar y yo necesitaba un abrazo. ¡Un puto abrazo! ¿En serio es pedir tanto? Un abrazo y unas palabras tranquilizantes, para poder dejar de llorar. Pero no. Me devuelves los fallos, estar bien era otra ilusión y mis ganas de saber algo de ti han quedado reducidas a cenizas. No te saludo, no te reconozco, no sé quién eres ni sé de tu existencia. No quiero. No te quiero. Por ti ya sólo siento indiferencia. Qué putada, ¿no? Necesitar sentir indiferencia por aquel que significaba tanto, que representaba todo, la amistad, el riesgo, todo. Y ahora... Nada, vacío.

Enhorabuena.

PD: Guarda tus putas mentiras para alguien dispuesto a creerte. Que yo ya no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario