lunes, 24 de octubre de 2011

El cielo tan lejos de aquí.

Algo se me muere aquí, marcharme, huir, desaparecer por un tiempo. En mi rincón favorito de la ciudad, sonriendo, una cerveza en una mano y de la otra, mi alegría, que pase lo que tenga que pasar, y que guste, y si no, lloraré en otro lado, porque aquí sólo hay lugar para las sonrisas y las miradas sinceras, hasta salir, algo más que contentillos, cerrando el bar y cerrando Madrid, que al amanecer nos sorprenda el sol desnudos, aún borrachos, y la gente que nos envidie, porque lo que tenemos es genial. De momento, me voy, porque tengo el cielo muy lejos de mí.

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