domingo, 24 de junio de 2012

25.04.2011

Hoy he recordado cada detalle de la primera vez. Mis nervios durante toda la semana anterior. Noche antes. Nervios. 2:00 am. No puedo dormir, mierda, y mañana me levantaré pronto para que me de tiempo a arreglarme tranquilamente. 3:00, 4:00 am. Joder. Faltan cinco horas para levantarme. Voy a tener unas ojeras terribles. Y no sé qué ponerme. ¿Llevarás la camiseta? Ojalá la lleves. 9:00 am, media horita más, que tengo tiempo. 10:00 ¡Mierda, que me duermo! Desayuno, poco, rápido y mal, no tengo hambre, tengo el estómago en un puño. Música. "Angles", lo nuevo de The Strokes. Ducha, secarme el pelo, planchármelo. Ropa. Camiseta lisa entre rosa y morada, chaqueta y pantalón negros, botas negras. Nervios. Darle vueltas a todo. Maquillaje. ¿Estoy guapa? No, doy asco. 13:00 pm. Es tarde. Nervios. ¿De qué vamos a hablar? Dios. "Under cover of darkness" en la cabeza. . Qué buena. Nervios. Necesito calmarme. Un chicle. Sí, eso. Salir del metro, cambiar de acera. ¿Habrás llegado ya? No te veo. Ah sí, ahí estás. Me has visto, sonríes un poco y te acercas. No llevas la camiseta, no pasa nada. ¡Llegas cinco minutos tarde! Dos besos y un abrazo, no ha quedado muy natural, tonta yo. Eres un exagerado, no te mueres por esperar cinco minutos. Timidez. ¿Tienes hambre? Un poco (mentira, tengo el estomago cerrado) ¿Dónde me llevas? No me lo dices, es una sorpresa. Me voy a morir de los nervios, estoy tartamudeando, ojalá no se de cuenta. No sé de qué hablar, me siento estúpida. Tampoco quiero que notes que el corazón me late a mil por segundo. ¿Por qué late tan rápido? Hemos salido del metro, y no sabes hacia dónde está el sitio al que me llevas. Estamos en Manuela Malasaña. Estoy un poco más tranquila. Pero sigo muerta de vergüenza. Nos para un chico voluntario de Cruz Roja para ver si queremos colaborar. No nos interesa, y yo quiero descubrir de una vez a dónde me vas a llevar a comer. Te dejo hablar. Cuando (por fin) volvemos a estar tranquilos, seguimos caminando hasta llegar al restaurante "La Alpargatería". Es un sitio muy bonito, cuadros en una pared y botellas en otra. Nos sientan entre dos parejas, creo que nos han mirado raro. Si ellos supieran... Llega el camarero, una CocaCola y una cerveza. Charlamos, estoy tan nerviosa. Te cuento un poco mis vacaciones, tú a mí las tuyas. Nos traen las bebidas, y empezamos a pensar en qué comer. Espaguetis no, recuerda. Vale, raviolis pues. Al pesto, no quiero que gaste demasiado dinero. No recuerdo qué pediste tú, pero recuerdo que llevaba nata líquida. Y estaba muy rico. Lo de ambos. Los camareros que nos atendían se nos quedaban mirando. O no, a lo mejor eran paranoias mías. No me apetece postre, pero me ofreces pedir uno a medias. Tiramisú. El camarero que lo trae se nos queda mirando mal, estoy casi segura. Pagas tú. Hemos ido charlando, has descubierto con quién estoy saliendo. Sí, me gusta(s) mucho. ¡Eh! ¿Y esa sonrisa? Estás tan guapo cuando sonríes... Pero yo tengo novio, seguro que estos pensamientos son de simple amistad. Salimos. Estoy sin móvil, así que llamo a mi madre desde un teléfono público. Sí mamá, todo bien, lo estoy pasando genial, luego te cuento. ¿Dónde vamos? ¿Al parque del Oeste? Nunca he estado, tú me llevas. Dios, estoy muy nerviosa, ¿por qué? No debería estar nerviosa, no tan nerviosa, al menos. Has adelgazado mucho estos meses, estás genial. Línea 6. Bajamos pisos y pisos, quejándonos de lo profunda que es. Llegamos a Moncloa. Llueve. Corremos a refugiarnos, entre risas. Deja pronto de llover. Vaya, el parque está al lado. Es bonito. Nos tumbamos en la hierba bajo un árbol. Charlamos. Nos incorporamos. Me preguntas cómo empecé con mi novio, cuánto llevábamos juntos y qué me gusta de él. No sé por qué no me apetece contártelo, no a ti. No sé por qué, pero te lo cuento. Hablamos sobre el viaje del equipo. Sonrío. Sonríes. Estoy nerviosa, y al mismo tiempo, relajada. Me cuesta pensar, centrarme. Nos levantamos. Empezamos a caminar. Te cuento que he escuchado el disco, aunque te estaba desobedeciendo cuando me dijiste que tenía que escuchar primero los anteriores. Finges que te enfadas un poco. Me río. Hay una parte de césped llena de margaritas, nos sentamos allí. Risas, conversación. Me regalas una margarita. La guardo. Empezamos a pelear tirándonos unas cositas que había en el suelo que caían de los árboles. Parecen piñas pequeñas, pero son blanditas. Abre la boca a ver si encesto. Empezamos a jugar entre pequeños piques. Cambias de posición, preveo algo raro, no me fío demasiado. Tenía razón, te abalanzas a meterme la cosa esa en la boca. Me he girado rápido, y me tienes abrazada por la espalda. Me encanta. Pero no, joder, que tengo novio. Me pongo de pie, en parte incómoda. Sonreímos, pero es hora de volver. No quiero que este día se acabe nunca. Sé que me va a dar algo de nervios, pero joder, he disfrutado como nunca. ¿Andando o en bus? En bus. Nunca voy en bus, y te ríes de mí. Hablamos de las clases. De tu paso por la ESO y Bachillerato. Hemos llegado a Cuatro Caminos otra vez. Es la hora de despedirse. Dos besos, esta vez mejor. Bajo al metro para irme a casa, incapaz de dejar de sonreír y recordar todo esto. Cada detalle. hasta los que no están aquí escritos. Todo. Cómo nunca olvidaré ese día. Cómo conservo la margarita. Cómo te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario