martes, 10 de julio de 2012

Los viejos tiempos.

"Nothing you confess could make me love you less". Que yo te quiero tal y como estás. Bajar tus escalones y subir por tus paredes. De nervios. De risas. Nosotros de risas. Madrid de risas. Madrid cálido en verano. Rojo de labios. Pantalón corto y tirantes. Cambios. Ojos de negro. Colores. Pillar las Converse y echarse a las calles. Fumarme tus pitillos. Beberte mis faldas de tubo. Parar el tiempo. Banda sonora de tus carcajadas y tu voz cuando estás serio. En mi iPod. Play, el mundo gira. Llamarte por otro nombre. No verte y no echarte de menos. Estar bien. Pintauñas de colores. Es verano, alegría. Carcajadas sin ti. Sin necesidad de otra cosa que no sea respirar y sonreír. Soltar las mariposas del estómago a que den una vuelta. Perder la noción de la vida sin perderme nada de ella. Susurrar secretos a mi almohada o a un chupito en una noche de playa. Amor, pero no para amar, para recordar y mirar el mar con otros ojos. Aprendemos a ser libres leyendo a Cortázar y escuchando Russian Red. Vetusta Morla y Copenhague en las paredes y a través de la ventana. Gritar por la ventana. Librarnos de la tensión de un beso que jamás nos dimos. Hacer el tonto para otros y ser felices juntos, pero no revueltos. Robarle el Delorean a McFly y dejarle con su pelo de colores, he'll be OK. Usar la máquina del tiempo y ver qué nos depara el futuro y cuánto tardaremos en vernos bien, o si volveremos a vernos bien. Si volveremos. Si volvemos. Dejarnos llevar por la marea porque la luna nos sabe a poco y escuchar a Sabina cantando por nosotros. Por las horas que vivimos y las vidas en las que coincidimos. Predestinados tal vez. Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos, o algo así. Quererte y odiarte. Hacer arte y rapear sin ser poetas ni raperos. Artistas de sábanas. Pudo ser y no fue, por ser la vida como es. Sigue sin haber mejor poesía que la de tu mirada. Pero buscaré en la basura a ver si hay algún trébol de cuatro hojas, para fumarnos nuestra suerte y fugarnos. Como en los viejos tiempos. Como jugar con el filo de la navaja o arriesgar todo a una carta. Jugar con fuego hasta quemarnos. Por amor y por costumbre. Por octubre. Por casualidad. Porque sí. Bee feater my friend. O algo.

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