lunes, 26 de septiembre de 2011

Lose control.

Otra noche más pierdo el control de mis pensamientos, de mis sentimientos, escuchando balas con un chaleco antibaladas y lejos de la realidad, como siempre, como los soñadores, como los poetas. Pero yo no soy poeta, soy imaginador de historias e inventor de textos imperfectos, perfectamente incapaz de aclarar mis días y de oscurecer lo que tendría que estar oscuro. Soy curioso, me tienta lo prohibido, ver lo que los demás no ven. Soy amante de Romeo, pero sin ser Julieta.

Mis musas son anónimas y desconocidas, cantaoras de cuentos y contadoras de tangos, ligas y medias vidas.

Empecé a vivir para no darme cuenta, a la hora de mi muerte, de que no había vivido, pero eso de vivir ya se me queda corto, no me limito a existir, a ser y punto.Sentimos todo y quisimos dejar de sentir, y de tan poco sentir, dejamos de ser. Cuando volvamos a sentir para ser, en vez de ser para sentir, nos daremos cuenta de que aunque el mundo es grande, anoche se nos quedó pequeño. Y otra noche de vuelta a perder el control.

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