miércoles, 21 de diciembre de 2011

Contraadicciones, obsexiones y melancoholías.

La lluvia mojándome la cara, el frío mordiéndonos la piel y los corazones calientes, mojados en el café de las cinco, y el labio inferior con sangre de tanto morderlo para callar, por miedo a hablar, pero los ojos dicen lo que las palabras no pueden, aunque le hagamos menos caso. Gran error. Una mirada vale más que mil palabras. Planes de futuro, no, castillos en el aire. Castillos sin princesas. Ahora las princesas son como la vida, muy putas. No aprecian al príncipe, y cuando le pierden, se arrepienten. Quizá no sabían lo que tenían hasta que lo perdieron. Mentira. Siempre lo supieron, lo que pasa es que nunca pensaron que lo perderían. Contraadicciones, obsexiones y melancoholías, resumen de los pecados por cometer, de las ganas que saciar. Mientras tanto, noches de soñadores locos, de co-razones rotos y promesas por sincumplir. Porque están pendientes, pero no las cumplirás. Y así seguimos.

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