jueves, 29 de diciembre de 2011

Funambulista.

Qué valientes los funambulistas, que arriesgan su vida para dar espectáculo, a tantos metros de altura, por la cuerda floja. Sólo tiene la red para protegerle de los golpes, de la caída, si la cuerda falla... Golpe. Dolor. Fracaso. Cada uno es el funambulista de su función, el protagonista que hace al público apreciar el suelo que pisa. Los amigos son la red, y cada vez que el artista cae de su cuerda está ella para salvar el golpe, y las distancias, y cuando no están todo es más oscuro, el cielo no brilla de aquella manera, ni sus ojos, ni su sonrisa, ni su pelo, todo es peor. Cuando un funambulista cae de la cuerda y no hay red, cae hasta el fondo, porque no tiene nada a lo que aferrarse y que le evite las heridas y el llanto de la caída, de la pérdida. si hay amigos, nunca será un fracaso absoluto, y cuando no está y fallamos... Pero el espectáculo debe continuar.

La vida es un circo lleno de tristes payasos pintados de colores alegres, y en su cara se forma un arcoiris causado por las lágrimas iluminadas por los focos en mitad del escenario, que es cada día, aunque duela.

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