jueves, 1 de marzo de 2012

Cuéntame cómo vives, cómo vas muriendo.

Cuéntame cómo vives, cómo vas muriendo, por qué amas, si rezas, si lloras, si pides ayuda, cuántas veces te ríes cada día, por quién te muerdes el labio, si tus pensamientos tienen sentido, de qué llenas tu cajón de la nada, con qué sueñas, si tú también sientes mariposas en el estómago, si estás nervioso, cuántas veces fantaseas con ella, cómo es tu habitación, a quién le regalas una sonrisa, cómo besas, tu canción favorita, si te gusta el fútbol o eres más de baloncesto, si viajas, qué te llevarías a una isla desierta, qué estudias y en qué trabajas, quién te hace feliz, cuál es tu color favorito, si la vida te da hostias, si la suerte está de tu lado o si vas a contracorriente y contra los relojes, cuéntame cuántas horas me vas a regalar, cuántos suspiros dedicas a su sonrisa llena de dientes blancos y cuántos a su pelo y a su cuerpo, si tú también caminas solo por la calle, si te invitan a sonrisas, a miradas, a café o a algo más fuerte, si abrazas o te abrazan, si te lanzas o no arriesgas, si quemas el tiempo o el tiempo te quema, si eres de Yesterday o prefieres Let it Be, en qué piensas antes de dormir, cuántas han pasado por tu cama y por cuántas camas has pasado. Todo. Para que todo vuelva a cobrar sentido, y no sólo se cobren las deudas que tengo con tus ojos.

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