lunes, 16 de enero de 2012

Tonight.

Definitivamente, me encantan las noches. Son silenciosas, románticas, hechas para pasarlas contigo y escribir sobre ello, para pensar en todo, y a la vez en nada, en lo bueno, en lo malo, en tu sonrisa, en mis latidos, en mis amigos, en que ojalá seamos más que amigos. Están hechas para soñar y ser libres, para ir de fiesta y emborracharme hasta no decir más que verdades, hasta ser capaz de dejar ese sobre en tu buzón y gritarle a tu ventana todo lo que me pasa y lo mucho que odio estar ahí abajo, gritándole a tu ventana porque me gustaría que mi noche acabara con un nosotros comenzado y que cada día sea el día de los enamorados, o la noche, no sólo el 14 de febrero. Las luces que me guían por la calle oscura. Y la luna, que ilumina mi habitación, la de la papelera llena, la botella vacía, la cama medio vacía y el cenicero medio lleno. Esa habitación. La azul de este lugar perdido de la mano de Dios. Tan cerca y tan lejos de la tuya. A estas alturas me queda poco que decir sobre ti, creo que he dicho todo de todas las maneras imaginables. No sé si es bueno o malo, sólo sé que es verdad. Sin estar borracha de nada, ni de whisky, ni de amor. Completamente sobria, y aun así, todo me sobra. Las noches son bonitas, son para los que no dejan de soñar, ni siquiera cuando están despiertos, los que se inspiran mejor a las tantas de la madrugada, para los amantes, para amarte, para ir a Marte y conquistar a la luna con canciones que ni la mencionan. Son para decirte I wanna be with you tonight. Pero no sólo esta noche, si no todas las que podamos, que la vida es corta y el tiempo se escapa. Que pase lo que tenga que pasar, que ya nos ocuparemos mañana de todo.

Y como no sé si mañana habrá mañana, hasta entonces, sólo te pido que te quedes conmigo... Tonight.

No hay comentarios:

Publicar un comentario