Ella no es perfecta, pero tú tampoco lo eres. Si logra hacerte sonreír, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a estar pensando todo el día en ti, pero te dará una parte de ella que sabe que puedes romper: su corazón. No la hieras, no la cambies y no esperes más de lo que puede entregar. Sonríe cada vez que te de una razón de hacerlo y extráñala cuando no esté allí.
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